martes, 13 de mayo de 2014

La dimensión vibratoria de los aceites esenciales y sus aplicaciones en Olfatoterapia

“La vida nació de una vibración. Se mantiene por las vibraciones. Y muere en la ausencia de ella.” Georges Lakhovky  

Los aceites esenciales encierran un potencial curativo aún por descubrir, no se parecen a ningún otro producto natural y jugarán un papel muy importante en la medicina del futuro.

Muy probablemente es de los pocos productos con “poder unificador”, para mí la aromaterapia (entendida como uso de los aceites esenciales para fines terapéuticos) es capaz de reconciliar la medicina moderna con las terapias energéticas. ¡Un aceite esencial tiene su lugar tanto en la consulta de un médico generalista como en la de un naturópata, un psicoterapeuta, un acupuntor o un reflexólogo! Podemos afirmar que los aceites esenciales son materia, información y vibración/energía.

La dimensión material queda manifestada en la composición bioquímica de los aceites esenciales, es decir las moléculas que encontramos en ellos son materia. También cabe destacar la carga eléctrica de las diferentes moléculas, positiva o negativa dependiendo de si hay un excedente  de electrones (en este caso serán dadores y decimos que son positivas) o una falta de ellos (entonces serán receptores y decimos que son negativas)*. Las moléculas positivas destacan por sus propiedades tónicas y estimulantes generales, mientras las moléculas negativas ellas tienen más bien una acción calmante y relajante. Las moléculas y su actividad eléctrica vehiculan una información que será interpretada cuando entre en contacto con diferentes receptores biológicos (en el hombre o el animal).
Estas dimensiones más bien “físicas” están a la base de la aromaterapia científica.

Cuando entramos en la dimensión vibratoria/energética de los aceites esenciales, es necesario abandonar por completo la visión “científica” y occidental y acercarse más a la visión oriental de la medicina y del ser humano  la cual contempla la dimensión energética del ser humano. Esta energía, llamada energía vital, Qi, Chi o Prana viene del Cosmos, de la Tierra, del aire que respiramos y de los alimentos que tomamos. Circula a través de una multitud de canales y centros energéticos (meridianos,  nadis y chakras). Esta energía circula y vibra de un forma u otra en función de nuestro estado de salud, de nuestro entorno, de nuestros alimentos, de nuestros pensamientos y emociones. Debido a todas estas influencias es frecuente que la energía vital quede bloqueada creando desequilibrios que se manifestarán en nuestro estado de salud (físico, mental y emocional) . Es entonces cuando los aceites esenciales pueden gracias a su propia vibración  liberar los bloqueos y elevar nuestra propia vibración actuando por resonancia sobre nuestros chakras y nuestros canales energéticos.

Cabe recordar que tanto las esencias cómo los aceites esenciales se obtienen por medio de un proceso alquímico. No todas las plantas son capaces de producir esencias, sólo las plantas aromáticas tienen ese poder, y lo hacen bajo una fuerte influencia de los 4 elementos alquímicos: fuego (para producir su esencia una planta necesita muchas horas de sol) , tierra, aire y agua. Los aceites esenciales son ya de por sí unas sustancias vivas cuya vibración es particularmente elevada y estable. Dominique Baudoux (farmacéutico y presidente de los laboratorios Pranarôm, autor de varias obras dedicadas al uso de los aceites esenciales) se refiere a los aceites esenciales llamándoles “esencias solares” y tiene mucha razón. De hecho también nos dice que son un concentrado de energía solar que nos beneficia cada vez que los usamos sea cual sea la forma de administración elegida (oral/interna, tópica, por vía respiratoria). Es interesante recordar que la frecuencia vibratoria de cualquier cosa se puede medir. La medida generalmente usada es el hercio (Hz) y megahercio MHz). 
Algunos aceites esenciales y su frecuencia vibratoria, medición realizada con el aparato BT3 Frequency Monitoring System creado por B. Tainio :

Rosa (Rosa damascena)                                    
320 MHz
Lavanda (Lavendula angustifolia)
118 MHz
Myrra (Commiphora myrrha)
105 MHz
Manzanilla alemana (Matricaria recutita)
105 MHz
Sandalo (Santalum album) 
96 MHz
Angelica (Angelica archangelica)
85 MHz
Menta piperita (Mentha peperita)
78 MHz
Galbanum (Ferula gummosa) 
56 MHz
Albahaca exótica (Ocimum basilicum)
52 MHz

La vibración del cuerpo humano también se ha medido y es de 62 a 68 MHz. Por debajo de 62 MHz  el cuerpo humano empieza a enfermar. Es con el fin de devolver al cuerpo humano un nivel vibratorio correspondiente a la salud que muchos terapeutas usan la vibración de algunos aceites esenciales.

En 1992 Gilles Fournil, terapeuta transpersonal y somatólogo (un somatólogo estudia las causas emocionales, mentales y espirituales para las situaciones que experimenta el cuerpo, y cómo estas afecciones pueden permitir el crecimiento personal) , crea un método basado en el uso de la vibración de algunos aceites esenciales para tratar olfativamente traumas y bloqueos. Lo  llamó “olfatoterapia” , los numerosos casos clínicos y las experiencias de numerosos terapeutas formados por el creador de la olfatoterapia han demostrado su eficacia y yo misma he tenido la oportunidad de descubrir este método asistiendo al nivel I de su Formation (en total son 5 niveles para acceder al título de olfatoterapeuta).

De forma intuitiva y porque llevo ya unos cuantos años usando aceites esenciales sabía que estas sustancias tienen un alto poder transformador, pero hasta ahora y principalmente por falta de tiempo, no había explorado  la dimensión vibratoria y su modo de interactuar con nuestras propias vibraciones. En el nivel I y a lo largo de 3 días intensos descubrimos en parte esta dimensión y podemos ya constatar la fuerza que anima los aceites esenciales,  capaz de vehicular cambios inmediatos en nuestras percepciones y en nuestras vibraciones energéticas.

El método se apoya en la clasificación de una serie de olores (aceites esenciales) en agradables, desagradables o neutros, el objetivo es encontrar uno de cada uno de ellos para empezar a trabajar con el bloqueo. Aunque realmente se acaba trabajando con el olor clasificado cómo “desagradable o no amado”. Cada olor/aceite esencial está relacionado con un chakra, lo cual indica el centro energético en desequilibrio. Un estado relajado (el consultante está tumbado) y los olores son los que van a facilitar el acceso a nuestro inconsciente, es la vibración del aceite esencial la que va a  traer luz y liberarnos del bloqueo. Lo que nos indica que el bloqueo ha desaparecido es la nueva percepción del olor clasificado como desagradable: al final de la sesión este será recalificado en agradable o neutro.

Personalmente lo que me ha impactado es la sensación de haber pasado por una intervención casi “quirúrgica” en el  plexo solar! He podido sentir durante unos pocos minutos el vacío dejado tras el paso de la vibración del aceite esencial trabajado! Para justamente colmar ese espacio abierto la sesión se cierra con el aceite esencial clasificado como amado y relacionado con recuerdos o sentimientos felices, alegres y amorosos.

Para saber más sobre la Olfatoterapia visita la web oficial de Gilles Fournil:www.olfactothérapie.com (en francés).
*Esta carga eléctrica se ha investigado, los estudios llevados a cabo se encuentran detallados en ellibro “L’aromathérapie exactement” (p107 a 131).

 

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